29 ene 2011

Vuelta a la autoescuela

Pues ahí estaba yo el otro día, comiendo y pensando (sí, a veces me sorprendo haciendo dos cosas a la vez) y me dije "Pati, tienes que volver a la autoescuela". Porque eso de depender de la gente para ir a un sitio y a otro no sale rentable. Pero es que esa es otra, es la cuarta vez que vuelvo a la autoescuela, lo que significa que lo he dejado ya tres veces porque me da muchísima pereza no tengo tiempo. Y ya lo he dicho, como no lo saque de ésta, lo dejo y me desplazo en patinete. He dicho.
Así que juntando toda mi fuerza de voluntad, al día siguiente me planté en la autoescuela a ver cómo iba la cosa.

-¡Hombre Pati, te reincorporas otra vez! - secretaria, con sonrisa de yaeshoradequelosaquesvagademierda.
-Sí, a ver si lo saco ya - yo, con una sonrisa más falsa que un billete de trescientos.

Entré en clase dispuesta a aguantar una clase mortalmente aburrida y esperar observando las señales que decoraban la pared, de las que supuestamente me tenía que acordar, pero me sonaban todas a chino. Esperaba a mi profesora de siempre, cuando al oír el sonido de la puerta, me giré, y ahí estaba él. Recién sacado de "La gata sobre el tejado de Zinc", el doble de Paul Newman me iba a dar clases de conducir. Y claro, yo así, no me concentro. En vez de concentrarme en los sistemas de frenado de un coche, la mente se me va a las utilidades que le podría dar al coche con Paul. Y no, no es conducir.

Creo que a partir de ahora me costará menos ir a clase... eso sí, lo de atender ya no lo veo tan claro.

Que digo yo que tendré que presentarme, ¿no?

Pues aquí estoy, que he decidido hacerme un blog de éstos para hablar de mí (con lo que a mí me gusta), y quejarme del mundo, que se me da bastante bien debido a la asombrosa cantidad de idiotas que hay en él porque así me descargo un poco.

Bueno, ésto es así como la bienvenida, ahora voy a mi primer post, que tengo que contar mi vuelta a la autoescuela.